En los últimos años, el sector ganadero ha perdido más de U$S 15 millones a causa de la tristeza parasitaria

En la sección posters de las finalizadas 51.ª Jornadas Uruguayas de Buiatría, realizadas en el salón Egeo de Paysandú, se presentó un trabajo sobre la tristeza parasitaria en bovinos en Uruguay, revelando que en los últimos 10 años, el país ha perdido U$S 15,3 millones anuales debido a esta enfermedad.

Titulado “Análisis retrospectivo de la tristeza parasitaria en Uruguay utilizando registros históricos de Dilave Miguel C. Rubino”, el trabajo fue elaborado por Fernando Dutra Quintela, Carolina Matto, Fabiana López, Florencia Pieruccioni, Edgardo Gianneechini, Carolina Briano, Agustín Romero, Joaquín Armúa y Marcela Preliasco.

El estudio, basado en registros históricos desde 1977 hasta 2023, recopilados por la Unidad de Registros Diagnósticos de Dilave, analizó la incidencia de la tristeza parasitaria causada por Babesia spp. y Anaplasma marginale. Estos datos mostraron un aumento significativo en el número de brotes en la última década, especialmente en la región norte de Uruguay.

En los últimos años, el sector ganadero ha perdido más de U$S 15 millones a causa de la tristeza parasitaria

Resultados
El estudio analizó 1270 brotes de tristeza parasitaria, afectando a 237.600 bovinos con una morbilidad promedio del 8,1% y una letalidad del 73%. Esta enfermedad se ha registrado en 17 de los 18 departamentos del país, abarcando aproximadamente el 55% del territorio nacional.
Las cifras muestran que la babesiosis y la anaplasmosis, ambas formas de tristeza parasitaria, presentan diferencias en su incidencia y letalidad. La babesiosis tuvo 585 focos con una morbilidad del 8,7% y una letalidad del 69,4%, mientras que la anaplasmosis registró 552 focos con una morbilidad del 7,7% y una letalidad más alta del 77,8%.

Aunque las diferencias no son estadísticamente significativas, son relevantes para los productores ganaderos.
En cuanto a la distribución geográfica, la tristeza parasitaria tiene una distribución estacional, con un aumento en la incidencia durante el otoño, especialmente la babesiosis, que coincide con la tercera generación de la garrapata.
Las vacas (54,6%), novillos (23,1%) y vaquillonas (12,8%) son las categorías más afectadas. Por otro lado, los terneros (6,7%) y toros (3%) presentan la mortalidad proporcional más baja.

Geográficamente, Uruguay se divide en tres áreas principales según la prevalencia de la enfermedad: Norte (Hiperendémica): Incluye los departamentos de Río Negro, Paysandú, Salto, Artigas, y parte de Tacuarembó y Rivera, con una morbilidad del 8.7%. Este (Endémica): Comprende los departamentos de Cerro Largo, Treinta y Tres, Rocha, Maldonado, Lavalleja, Durazno y parte de Florida, con una morbilidad del 5.9%. Suroeste (Esporádica): Abarca Soriano, Colonia, Florida, San José, Canelones, y parte de Durazno, Lavalleja, Maldonado y Rocha, con una morbilidad del 0.4%.
Aumento de Brotes
Se observó un incremento significativo en los brotes de babesiosis y anaplasmosis desde 2011, especialmente en el norte del país. Este aumento podría estar relacionado con cambios normativos en el control de garrapatas, mayor movimiento de ganado, y resistencia a los garrapaticidas.
El informe concluye que la tristeza parasitaria es una causa significativa de pérdidas en la ganadería uruguaya. La distribución geográfica de la enfermedad y el aumento abrupto en la incidencia en ciertas regiones destacan la necesidad de análisis adicionales para entender las causas subyacentes.
El estudio recomienda el uso prioritario de vacunas de premunición en áreas de alto riesgo y la importancia de los datos históricos de Dilave como una herramienta clave en la gestión y prevención de la tristeza parasitaria.

Fuente: Diario El Telégrafo

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